Maravilloso viaje por la memoria.
La ambientación es una propuesta innovadora. A través de los ojos del protagonista, vemos como vivió la dictadura Chiloé.
Los aspectos técnicos son bien llevados, la fotografía es excelente y el guión está bien estructurado. No te das cuenta cuando la trama toma un rumbo romántico, y eso es algo bien logrado, porque todo se genera de manera natural, sin giros forzados.
Los actores que interpretan el arco adultojoven, quedan debiendo un poco, y eso se nota en las escenas fuerza, donde el melodrama los hace caer en la sobreactuación. Pero este punto en general, como está llevado el arco, solo es un detalle que no malogra el resultado final.
De manera personal, "Y de pronto el amanecer", es una pieza fundamental del cine chileno que hay que ver. Indispensable si quieres acercarte a la realidad chilota en el contexto de la dictadura cívicomilitar.