Todo el que me conoce un poquito sabe la influencia que Vicente, mi profe de historia de segundo de bachillerato, tuvo en mí. Era —y es, un señor que por sus ideas no caía bien a todos. A mí desde luego me maravillaba. La mayoría de veces (cuando no venía de resaca hablando de catas de vino y libros) intentaba hacer que viéramos un poquito más allá, que viéramos todas las caras de la historia. Se metía en muchos temas…

Me la imagino como una película paseo. No tiene mayor importancia y al acabar mi vida sigue sin más, pero he disfrutado el trayecto.
Me he dado cuenta de que echo mucho de menos ir a merendar tarta y té a la caótica, pasear por el barrio de Santa Cruz o ir los miércoles por la noche al cine Avenida para volver luego por el centro mientras comento la peli. Hace poco que me fui, pero echo mucho de menos…