Una película bélica que no da tregua ni medio segundo. Diría que es una gran pieza de acompañamiento a 1917 de Sam Mendes, pero la verdad este re-remake de All quiet on the western front podría quedarse sin problema como la versión definitiva de este conflicto dentro del cine bélico moderno. Obviamente no me voy a meter con la seminal versión de 1930 de Milestone, que está en el olimpo del cine bélico clásico, pero es que esta versión en verdad es una absoluta brutalidad.

Las secuencias de acción son como pocas he visto, jamás se regodea en un gimmick técnico como la de Mendes, sino que busca transmitir lo que siempre ha sido el corazon de esta historia: la experiencia humana de miles de jóvenes y niños que se alistaron para pelear en un conflicto que probablemente ni siquiera entendían, y el dolor de ver cómo uno a uno sus amigos iban perdiendo la vida y se daban cuenta de lo que habían dejado atrás por querer sentirse hombres.

Personajes con los que conectamos desde las primeras secuencias, y un descenso al infierno como no muchas películas bélicas han logrado retratar y transmitir. Suciedad, dolor, crudeza, sangre… una película que no solo devasta internamente, sino que hace que hasta sintamos el lodo de las trincheras correr en nuestra cara y entrar a nuestra boca mientras lo único que podemos escuchar son gritos de dolor y horror.

No he visto Decision to leave, pero si aquí se quedara el Oscar a mejor película extranjera, sería un premio muy bien entregado.