Espectacular la variación en la puesta en escena de Kurosawa a lo largo de la película: desde los planos generales de la primera parte al expresionismo de los bajos fondos en la segunda, pasando por esa investigación policiaca minuciosamente narrada.
Todo aquí gira en torno al individuo y la sociedad. El peso de lo colectivo está fuertemente representado a lo largo de un film practicamente coral, con constantes planos copados de gente.
Fincher la habrá visto un millón de veces.